Convidar a una copa
a la brevedad de tus ojos.
Tomar por tonta
a la sensatez de tus manos
...Ojalá
Pasan y pasan las horas
en el delirio febril
de mi cama...
Hoy me desperté
vomitando tristeza
y la sangre hirviente
de tus noches sin luna.
Caigo de cama en cama
tambaleándome,
siento que en cada mareo
existe una oportunidad
de agarrarme a tus ilusiones.
Palabras que no se hacen carne.
Silencio en el testamento,
no hay tablas de la ley
con las que subir
por tu monte de venus.
Todos los fiscales
señalan con el dedo
y saben de esta soledad...
Los jueces dictan la sentencia,
esa que ya conocíamos tu y yo
antes de que comenzara todo esto.
Aún no entiendo por qué sigues ahí...
Por mi parte,
vivo en la cornisa esperando
tocar tu guitarra afinada
con la que quiero despertar
la mañana de mi vida.
Bajé a los infiernos por ti...
Ahora es otoño,
y mis hojas no se caen.
No me quemes de frío
en invierno...
