lunes, 26 de enero de 2009

El otoño que deshoja mis amaneceres

Rumiar el aire de la exhalación de tu pecho
mientras fuera cae la nieve
como el reloj de arena que ejerce
de árbitro en nuestros deseos callados.

Ayer -como mañana-, cuando despiertes
te asomarás al precipicio de mis sueños
rotos en el colchón todavía húmedo
de la poesía hecha entre nuestros cuerpos.


Quiero ser una marioneta, el títere de tus deseos...

...Sé que aprendiste mucho en tu exilo de los por qués.


Miro como el calendario tiene fecha de caducidad
como el otoño que deshoja mis amaneceres.

A mis manos, los clavos que me remachan al deseo.

A mis ojos, la sutil venda de la ilusión.


Una sepultura temprana
para brotar en primavera...