Levantarse con la firmeza
de sentirte cerca
para girarse y abrazar
a tu ausencia.
Como cada mañana
al finalizar otra noche de amor
en la desesperada soledad
vestida de sábana blanca,
busco mi dignidad
por esos pliegues
que no se forman
en tu lado de la cama.
Créeme, busco motivos
irrefutables para retener
a tu alma silenciosa,
pero no encuentro
el puerto de tus entrañas
para atracar mi barco
antes de que pueda hundirse
por la tempestad.
Las risas que un día
pintaron de color vida
el techo de la habitación
ahora rebotan contra las paredes,
juegan al gato y al ratón
con mi eterno sentimiento de culpa.
Todavía encuentro algún cabello
caído en el suelo,
como los árboles
del bosque oscuro
de mis esperanzas.
Con una sola sílaba
no puedo decir amor...
