domingo, 2 de noviembre de 2008

Recuerdo de lo que no hemos vivido

¿Por qué coger el ascensor
en medio del incendio?

Miro a mi alrededor
y las almas conservadoras
huyen despavoridas
del sufrimiento.

Al aumento de temperatura
se suman miles de escamas
caídas en la desesperación,
del sudor que no brota.

Por fin, las ampollas de tu recuerdo
emergen en mis confines...

Sabes que nunca llego a arder
por fuera.

En mi tos se oyen
los mil dialectos del amor
que siempre quise hablar
pero que no logro entender.

Entre frases y silencios
encuentro la puerta
de tus húmedos afectos.

No me atrevo a llamar...

Escojo el ataúd metálico
de la incandescencia
y ardo en deseos
de quemarme de vida.

Todo en silencio...

Sabes que llama contra llama
se extingue el incendio.

Podrías enfrentar
tu monte de venus
al pasillo blanco
de mis anhelos.

Respirar el humo
de tus gotas de pasión
ahogaría a la insatisfacción.

¿Por qué creer en la ilusión,
si el ascensor baja al infierno?

¿Es un suicido creer en la posibilidad
de ser incandescente en tu pecho?

¿Puede existir el recuerdo
de algo que no hemos vivido?

Cojo este ascensor, sí
reservo mi derecho a equivocarme...

También puedo
cambiar de opinión...